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Arquitectos: Grizzo Studio, Santiago Fernández Bender
- Área: 420 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Alejandro Peral
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Proveedores: Carlú, Deca, EB Mobile Design, Herrería Vicente, Marmolería Bustamante, Perricone, Thol
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El diseño de esta vivienda planteó un desafío particular: distribuir a pedido de los clientes, un amplio programa en la planta baja de un lote triangular que pese a su frente extenso no ofrecía un amplio espacio trasero. Para optimizar el jardín se decidió implantar la planta baja en dos barras alejadas: una contra el frente con las áreas comunes y servicios como comedor, galería, cocina, parrilla, sala de máquinas y lavadero y la otra, ubicada contra el retiro lateral para el área de descanso, donde se ubican el dormitorio principal con baño en suite y vestidor.
Sobre estas barras se apoya una tercera, que, con sus ventanas cubiertas de parasoles, otorga una apariencia compacta al conjunto. En esta tercera barra se encuentran ubicadas dos habitaciones de huéspedes en los extremos, y en el espacio generado por la intersección de las tres barras, se genera el imponente living de doble altura, el corazón del proyecto.
Este espacio tiene la particularidad de tener relación con la vegetación del entorno en sus cuatro lados, gracias a los jardines de frente, contrafrente, un patio interno y un cantero generado debajo de la escalera en sus laterales. En la parte posterior de la vivienda, la barra de la planta alta se desplaza sobre la de la planta baja, generando así una galería con un voladizo de cuatro metros que no pisa sobre el jardín.
Para la materialidad de todo el proyecto, se eligió el travertino, que se utiliza tanto en los pisos de toda la casa como en los revestimientos de los baños. Para el exterior, utilizamos un revoque peinado con marmolina y piedras del mismo material. Estos materiales no solo brindan una estética atemporal, sino que también requieren un bajo mantenimiento y envejecerán en consonancia con el proyecto.
En cuanto a la paleta de colores, se optó por un tono crudo que se utiliza tanto en las paredes, los techos y los muebles de cocina, manteniendo una monocromía que deja resaltar a la vegetación y los detalles en madera natural, que añaden calidez al proyecto, como el uñero de los muebles de cocina en roble.
El paisajismo juega un papel fundamental en el diseño, creando islas de vegetación en cada uno de los recortes generados por los movimientos de la arquitectura. Además, se colocaron maceteros con vegetación en todos los techos, que cuelgan sobre los juegos de sombras, generando así desfases en diagonal entre las vigas y dentro de cada barra.
Con esta cuidadosa selección de materiales, distribución espacial y atención al paisajismo, el proyecto combina funcionalidad, espacialidad cálida y una fuerte conexión con el entorno natural.